- 500 gr. de harina de media fuerza
- 80 gr. de azúcar
- 5 gr. de sal
- 25 gr. de leche en polvo
- 25 gr. de levadura de panadería
- 220 gr. de agua fría
- 1 huevo
- 40 gr. de aceite de girasol
- 1 cucharadita de azúcar vainillado o vainilla liquida
Glaseado:
- 350 gr. de azúcar glas.
- 60 gr. de agua.
- 15 gr. de ron.
- 1 cucharada de azúcar vainillado o vainilla liquida.
- Hacer una masa con todos los ingredientes correspondientes y trabajarla muy bien. Al principio es pegajosa, aunque al final del proceso se despegará de las manos.
- Dejarla reposar tapada, cerca de algún lugar cálido hasta que triplique su volumen.
- Volver a trabajarla para quitarle todo el aire. Dejarla reposar unos 15 minutos para quitarle elasticidad.
- Estirarla con un rodillo, untando previamente la mesa con aceite de girasol, dejándola a unos 8 milímetros de espesor.
- Con la ayuda de dos cortapastas, uno para darle el tamaño y otro para hacerle el orificio central, formar los roscos y colocarlos en una bandeja cubierta con papel de hornear.
- Dejarlos fermentar hasta que doblen su volumen.
- Luego freír en aceite de girasol no muy caliente, para que queden dorados. Escurrir muy bien al sacarlos poniéndolos sobre papel absorbente o sobre una rejilla.
- Cuando estén templados bañar en la glasa que habremos hecho mezclando todos los ingredientes correspondientes al “glaseado”.
- Finalmente depositarlos sobre una rejilla para que escurran.